Noticias

Entrevista a la Asociación Geotérmica Mexicana, parte II

Cerro Prieto, geothermal power plant complex, Baja California, Mexico (source: flickr/ BajaAerial)
Abraham Ormad 27 Dec 2012

Segunda parte de la entrevista que realizó Piensa en Geotermia a Luis Carlos Gutiérrez Negrín, nuevo presidente de la Asociación Geotérmica Mexicana.

Mostramos la segunda parte de la entrevista que realizamos a Luis Carlos Gutiérrez Negrín, nuevo presidente de la Asociación Geotérmica Mexicana. En este enlace podrán encontrar la introducción y primera parte.

Pregunta

Hace un año aproximadamente se publicó un informe por parte de la comisión reguladora de energía denominado “Evaluación de la energía geotérmica en México”, donde se definió un potencial geotérmico a través de recursos hidrotermales de entorno a 1.000 MW, cerca de 25.000 MW pertenecientes a sistemas geotérmicos estimulados y 1.200 MW de recursos hidrotermales submarinos. Con este gran potencial ¿Cuáles considera que deberían ser las medidas prioritarias y necesarias para incentivar la instalación de nuevas plantas geotérmicas en el país?

Tuve la oportunidad de ser uno de los autores del estudio que mencionas, encargado por la Comisión Reguladora de Energía y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, y en efecto el potencial geotérmico aún no desarrollado en el país es muy amplio. En un estudio más reciente que preparé con base en aquel y que presenté tanto en el pasado congreso de la Asociación Geotérmica Mexicana como en el del Geothermal Resources Council, realizado a principios de octubre pasado en Reno, EUA, estimo que el potencial geotérmico de tipo hidrotermal, con temperaturas superiores a los 150 grados centígrados (que son los que se han desarrollado de manera comercial no sólo en México sino en todo el mundo), es de unos 2300 MW. Este potencial total se compone de la siguiente manera;

  • Reservas probadas netas: 125 MW
  • Reservas probables netas: 245 MW
  • Recursos medidos: 75 MW
  • Recursos indicados: 655 MW
  • Y recursos inferidos: 1210 MW.

También evalúo de manera preliminar el potencial geotermoeléctrico con recursos de roca seca caliente y temperaturas igualmente mayores de 150°C en un mínimo de 5250 MW. Por supuesto, esta última estimación debe realizarse de acuerdo al protocolo autorizado por la International Geothermal Association (IGA) para estimar recursos geotérmicos del tipo de sistemas geotérmicos mejorados o estimulados (EGS) para llegar a una cifra más confiable, tarea que no se ha llevado a cabo y que constituye uno de los proyectos que hemos propuesto para el futuro Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CEMIE-Geo).

Pero la conclusión final es en todo caso la misma: por sus condiciones geográficas y ambiente geológico México tiene un alto potencial geotérmico por desarrollar, tanto en recursos de tipo hidrotermal como en recursos de roca seca caliente, para no hablar de otro tipo de recursos como los yacimientos de las ventilas submarinas, los supercríticos asociados a cuerpos magmáticos o los geopresurizados.

Creo que un elemento que falta en el marco regulatorio mexicano es la incentivación económica para un mayor desarrollo geotérmico, tanto para generar energía eléctrica como para usos directos. Como se ha señalado recurrentemente, la inversión inicial en proyectos geotérmicos nuevos, es decir no para ampliar la capacidad instalada de campos ya conocidos, no sólo es más alta que en proyectos basados en otras fuentes de energía sino también más riesgosa. La energía geotérmica está en el subsuelo, a profundidades que pueden llegar a 3 mil o 4 mil metros, y en particular los recursos de tipo hidrotermal, lo más rentables a la fecha, son los más difíciles de ubicar, porque sólo podemos inferir de manera indirecta lo que realmente ocurre a tales profundidades. Esa es la razón de que en promedio apenas uno de cuatro pozos exploratorios en campos nuevos resulte exitoso, lo que implica que hay una elevada probabilidad de perder tres de cada cuatro dólares invertidos en la perforación exploratoria. Este es un riesgo que pocos inversionistas están dispuestos a correr, y que resulta muy superior al de un proyecto eólico, por ejemplo. Otros países, principalmente de Europa pero también algunos de Asia y América Latina, han adoptado diversos mecanismos que van desde las tarifas subsidiadas (feed-in tariffs) hasta las exenciones temporales de impuestos, los esquemas de riesgo compartido y esquemas de seguros en la perforación de pozos nuevos que permiten amortiguar las pérdidas. En México, aunque se han hecho algunos intentos de echar a andar medidas con objetivos similares, lo cierto es que no existen en la práctica. Me parece que un esquema de incentivos de este tipo es una de las medidas que puede coadyuvar de manera decisiva un mayor despliegue de la geotermia en el país.