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Los Parques Nacionales también nos dan energía, Costa Rica

Rincón de la Vieja, Costa Rica (fuente: flicr/ Patrick Nouhaille, creative commons)
Abraham Ormad 1 May 2013

René Castro, Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, ha publicado un artículo de opinión donde aporta su punto de vista en torno al debate del establecimiento de una planta geotérmica en le parque nacional Rincón de la Vieja.

Adjuntamos un artículo de opinión pertenciente al diario la Nación, donde René Castro, Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, aporta su punto de vista en torno al debate del establecimiento de una planta geotérmica en le parque nacional Rincón de la Vieja.

La naturaleza, que es sabia, ha ubicado junto a los volcanes los yacimientos de la energía renovable más limpia, estable y de menor costo de que dispone nuestro país: la energía geotérmica proveniente del calor del interior de la Tierra.

El pueblo costarricense, que también es sabio, ha resguardado la riqueza de nuestros volcanes dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, lo que significa que estos colosos y sus riquezas son propiedad de toda la población, por ser patrimonio natural del Estado.

Nuestros próceres como Pepe Figueres y Jorge Manuel Dengo, que también fueron sabios, crearon el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para que se encargara de proveer de electricidad y telefonía a la población y para que se mantuviera como una empresa estatal, preocupada más por brindar servicios y extender la cobertura a toda la población que por generar ganancias.

De tal forma, hoy los costarricenses somos los felices dueños de las mayores riquezas naturales de nuestro país albergadas en los Parques Nacionales, de los yacimientos geotérmicos que se encuentran en nuestros volcanes y de la única empresa (estatal) que puede y podría explotar, por ley, esos yacimientos geotérmicos (el ICE).

Permitir al ICE que aproveche la energía geotérmica de los volcanes, o al menos de un par de ellos, es una decisión que los costarricenses debemos tomar como dueños que somos de este recurso y del Grupo ICE, analizando pros y contras y asegurando que exista balance y complemento entre lo ambiental y lo económico, pues ambos aspectos nos benefician. Lo ambiental nos beneficia por los múltiples servicios ecosistémicos que nos brindan los Parques Nacionales, incluyendo el ecoturismo. Lo económico también nos beneficia pues la energía geotérmica es mucho más barata que la energía eléctrica que se genera usando combustibles derivados del petróleo. Además, es una energía estable durante todo el año, que no depende del vaivén del cambio climático, de las lluvias, los caudales de los ríos, ni del viento (esto último en el caso de la energía eólica).

El Proyecto de Ley N.º 17.680, que está en discusión en la Asamblea Legislativa, propone permitir al ICE investigar primero para luego explotar los yacimientos geotérmicos, en este caso del volcán Rincón de la Vieja en Guanacaste. Esto requiere de una autorización por ley, pues la legislación actual no permite realizar investigaciones ni extracción geotérmica en Parques Nacionales.

Esta ley se encuentra en consulta en la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa y se está estudiando cuál sería la mejor opción: segregar el área que el ICE necesitaría o bien otorgarle un permiso de uso. Cualquiera que sea la decisión, sería con dos objetivos: poder explorar el área más promisoria con pequeños pozos y escoger la zona en la que realmente conviene explotar (donde se perforarían los pozos de producción que abarcarían al final como un 10% del total del área explorada, mientras que el resto quedará siempre en régimen de protección). Así, el ICE podrá plantear el proyecto definitivo para explotación geotérmica, y este se someterá a la correspondiente Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y a las consultas ciudadanas que esto conlleva. Antes no es posible porque la ley actual no permite siquiera investigar y mucho menos explotar dentro de los linderos de un Parque Nacional.

Una vez que esto se haga, el ICE deberá reponer el área utilizada con otros terrenos ecológicamente equivalentes ubicados en las zonas aledañas al Parque. Pero si en el EIA se determina que hay un área única o especies endémicas dentro de lo que se proponga explotar, el permiso para explotación simplemente no se dará en esa área (habrá que realizar un estudio científico para saber si hay especies endémicas en la parte que se va a explorar). Adicionalmente, se proyecta aumentar el área del parque con 7.000 hectáreas más de terrenos colindantes que hoy están en manos de ONG ambientales, pues la idea no es debilitar al parque, sino fortalecerlo.

Así las cosas, el país resultaría ganancioso con un Parque Nacional Rincón de la Vieja que al final será más grande y utilizando sosteniblemente un recurso estratégico renovable para asegurar un servicio básico, como es la energía eléctrica a bajo costo. Así continuaríamos haciendo frente a la demanda eléctrica con una fuente limpia y renovable, pues ya estamos teniendo problemas para abastecer a la población con los proyectos hidroeléctricos actuales.

El cambio climático ha hecho oscilar dramáticamente los caudales de los ríos y, aunque el ICE tiene plantas con determinada potencia para producir electricidad, esa potencia no es posible usarla si no hay suficiente agua. Por esta razón, en 2012 se gastaron ¢75.000 millones para generar electricidad usando intensamente derivados del petróleo, sobre todo durante el verano. Esto es más caro, contaminante y agresivo con el ambiente de lo que puede resultar un proyecto geotérmico manejado sosteniblemente.

Sin embargo, un sector importante de la comunidad ambientalista nacional ve con preocupación que se use la energía geotérmica del Parque Nacional Rincón de la Vieja y se oponen a ello. Temen que abrir esta exploración sea “el fin” de los Parques Nacionales. Esto no es así. Para nada. Por el contrario, Costa Rica tiene la opción con este proyecto de demostrar que ha entendido verdaderamente el concepto de desarrollo sostenible, que no son palabras huecas, que lo puede llevar a la práctica y que, además de aprovechar la riqueza natural y la belleza escénica de nuestros Parques Nacionales, puede utilizar responsable y sosteniblemente la energía que estos también nos dan.

Fuente: La Nación