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El respeto por el hábitat en Laguna Colorada, Bolivia

Laguna Colorada, Bolivia (source: flickr/ Paolo Lucciola, creative commons)
Abraham Ormad 23 May 2014

Un grupo de ambientalistas del BID han estudiado los patrones de vuelo de los flamencos y su comportamiento en la zona de Laguna Colorada, Bolivia, de cara a estimar cual será la mejor ubicación de las líneas de alta tensión que evacuarán toda la electricidad generada en la central.

Tal y como señalamos hace unos días (enlace) Bolivia recientemente ha anunciado que ha recibido financiación para el desarrollo de la que sería su primera planta en el país, proyecto denominado “Laguna Colorada“. Pero a su vez, Laguna Colorada ubicada en la Reserva nacional de fauna andina Eduardo Avaroa (wikipedia), es un increíble paisaje que recibe anualmente más de 80.000 visitantes y donde se crían tres tipos de flamencos de las seis especies que existen en el mundo.

Un grupo de ambientalistas del BID han estudiado los patrones de vuelo de los flamencos y su comportamiento, de cara a estimar cual será la mejor ubicación de las líneas de alta tensión que evacuarán toda la electricidad generada en la central.

Es importantísimo mostrar a la comunidad internacional este tipo de proyectos ya que reflejan perfectamente que a la hora de construir una central geotérmica se puede alcanzar un equilibrio tanto con las comunidades indígenas como el hábitat de la zona que llevan asentandos muchos años en la zona.

Os invitamos a leer este interesante proyecto del BID (enlace a su blog)

No, este no es un proyecto militar destinado a dotar a la vida silvestre de capacidades letales. Este proyecto es inofensivo. Está destinado a aumentar nuestro conocimiento acerca de los patrones de vuelo de los flamencos en el sur de Bolivia, con el objetivo final de lograr una mejor localización para el desarrollo de infraestructura futura en la región.

Para alcanzar dicho objetivo, nos unimos a un grupo de ornitólogos de campo para equipar cinco flamencos andinos adultos de Laguna Colorada con dispositivos GPS ultraligeros y sus rutas de vuelo fueron monitoreadas de forma remota por especialistas de la Unidad de Salvaguardias Ambientales del BID.

Laguna Colorada es parte de una reserva de vida silvestre en el altiplano Andino que alberga tres especies de flamencos, incluido el flamenco andino (el único de patas amarillas) que está en peligro de extinción. En la época pico de apareamiento, hasta 23.000 aves -casi dos tercios de la población total- pueden ser vistas en este lugar especial.

Pero la espectacular belleza natural de este hábitat se combina con su dureza. Un desierto completamente seco, azotado por fuertes vientos, temperaturas extremas e intensa radiación solar. Nos llevó tres vuelos y un recorrido de día completo en una camioneta 4X4 inmersos en una nube de polvo para llegar allí. A 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, la mayoría de nosotros sentía falta de aire.

“Capturar” un flamenco fue también un desafío. Con solo una serie de lazos hechos de sedal para ayudarnos, rápidamente se hizo evidente que necesitábamos improvisar un puesto de vigilancia para ver la bandada de flamencos bailar alrededor de nuestras trampas durante horas, todos los días, con la esperanza de que alguno pisara uno de los lazos con un ángulo determinado y lo arrastrara con una de sus patas para que se ofreciera “voluntariamente” como un portador de GPS.

¿Por qué flamencos?
 

En primer lugar, sospechábamos que los flamencos, desde el momento en que llegaron en grandes manadas a Laguna Colorada como su centro de alimentación y reproducción durante los meses de verano (desde noviembre a abril), realizan una serie de vuelos de regreso diarios o semanales a otros pantanos de la región -quizás sea una forma de complementar su dieta dado que son organismos filtradores.

En segundo lugar, también aprendimos que esta región particular está experimentando una demanda cada vez mayor de generación de energía geotérmica. Esta nueva infraestructura significará nuevas líneas de energía.

Y en tercer lugar, sabemos por observaciones y bibliografía científica que los flamencos y las líneas de energía no se llevan bien (los flamencos son excelentes voladores, pero su visión “en vuelo” es pobre, lo que da como resultado un gran número de colisiones. Esto no es bueno ni para los flamencos ni para las compañías energéticas).

Entonces, es fundamental para nosotros lograr una mejor comprensión de los patrones de vuelo de los flamencos -por ejemplo, las rutas y altitudes- con el fin de mejorar el planeamiento de la trayectoria de líneas energéticas.

¿Qué aprendimos?
 

Luego de una semana, logramos capturar, equipar y liberar sin causar daños un total de cinco flamencos andinos. A cada ave se le dio el nombre de un dios indígena boliviano o de un pico montañoso clave.  Las unidades de GPS pesan menos del 3% del peso del cuerpo de las aves y reciben la energía de pequeños paneles solares ubicados en la parte superior y en los laterales de los dispositivos. Esto significa que podremos recolectar información durante muchos años en el futuro. Los dispositivos ahora transmiten señales satelitales diariamente con información detallada, transmitida por Argos (sistema de ubicación y recolección de datos) en Francia, y descargada regularmente a través de Internet en Washington, por lo cual se puede hacer un seguimiento del viaje de nuestros flamencos casi en tiempo real.

Los dos mapas muestran la ruta de vuelo de Waira, cuyo nombre remite a Aymara, dios del viento. Para nuestra sorpresa, Waira voló más de 1.200 km en menos de dos meses, visitando varios pantanos en Bolivia, Chile, y Argentina. ¡Este flamenco es verdaderamente un viajero frecuente internacional! Si bien nuestra interpretación es preliminar y necesita ser corroborada en comparación con otros flamencos equipados con tecnología GPS, la información del vuelo muestra que los flamencos andinos hacen uso de una colección de pantanos para alimentarse. Son especies nómadas y por lo tanto se deberá ser sumamente cuidadoso al desarrollar infraestructuras en esta área.

Laguna

Fuente: Blog del BID